¿Por qué tu bebé no se engancha bien al pecho? Te contamos algunas soluciones
El instinto de mamar del pecho de la madre es innato en los bebés, por lo que todos nacen sabiendo hacerlo. De hecho, ya en sus primeros momentos de vida, los bebés pueden reptar por el cuerpo de la madre buscando el pecho y engancharse de forma natural, en lo que se conoce como enganche espontáneo.
Sin embargo, algunas posturas y otros factores pueden hacer que el bebé no se enganche bien o incluso si lo hace, que no se nutra lo suficiente. Todas estas situaciones representan sin duda una preocupación para la madre.
En este artículo intentamos analizar los distintos motivos por los que tu bebé puede no estar enganchándose bien al pecho y te contamos algunos trucos que puedes probar para que lo haga.
Recuerda que la lactancia materna supone un alimento ideal para tu bebé, y si has decidido optar por ella, vale la pena intentarlo antes de recurrir a la leche de fórmula.
Algunas señales de que tu bebé no se engancha bien
Si tu bebé no se engancha bien al pecho seguramente como madre, lo notes de forma muy intuitiva. Estas son algunas de las señales que nos avisan de que tu bebé está teniendo problemas para mamar.
El bebé parece que chupa el pezón
Para movilizar la leche materna, el bebé debe estimular los conductos galactóforos que se encuentran en el pecho materno. Si notas que tu bebé tiene la boca como si estuviera chupando una pajita puede indicar que se está produciendo un mal agarre.
Su lengua está en una posición incorrecta
Para que se produzca un buen agarre y un buen flujo de leche, la lengua de tu bebé debería estar debajo del pecho. Si observas que su lengua está al borde del pezón puede que se esté produciendo un mal agarre y que esto te provoque dolor en el pecho.
El bebé rechaza el pecho
En algunos casos el bebé puede mostrarse irritable durante las tomas, moviendo la cabecita e incluso rechanzando el pecho con la mano. Esto es un síntoma claro de que algo no está funcionando y de que tu bebé no ha obtenido esa toma o en alguna anterior, la leche correctamente.
Cambio de postura
La fisionomía de tu bebé, entre otros factores, pueden hacer que unas posturas sean más idóneas que otras. Te recomendamos que pruebes las siguientes si crees que se está produciendo un mal agarre.
Acostada de lado
Ideal si te estás recuperando de una cesárea o si sencillamente te encuentras cansada. En esta postura te recuestas de lado en una cama u otra superficie, y tu bebé está tumbado a tu lado con la boca a la altura de tu pecho.
Posición rugby
Otra postura idónea en el caso de una cesárea ya que el bebé no descansa directamente sobre tu vientre. En esta posición colocas al bebé boca arriba en uno de tus lados, debajo de tu brazo, sujetando su cabeza con esa mano. Esta postura también puede resultarte útil si tu pecho es particularmente grande.
Acunamiento y acunamiento cruzado
Son algunas de las más típicas, en ellas acunas al bebé tumbado frente a ti. La diferencia entre una y otra es sencillamente la mano con la que sujetas al bebé. En el acunamiento cruzado utilizas la mano contraria al pecho que se le está ofreciendo, con lo que puede controlarse mejor el enganche al pezón.
Fomenta el contacto piel con piel
Los beneficios del contacto piel con piel son bien conocidos, y ya es una práctica extendida en la mayoría de hospitales, incluso en casos de cesárea, la colocación del bebé encima del cuerpo de la madre nada más nacer.
Pasados esos primeros momentos, la colocación de tu bebé en posición ventral puede hacer que éste se acostumbre a la posición y que cada vez se encuentre más cómodo, lo que a su vez puede favorecer la lactancia.
Aprovecha momentos en los que el bebé no tenga hambre para hacer piel con piel, de forma que no note la presión de tener que comer.
Evita los chupetes y las tetinas
Sobre todo en los primeros días, y hasta que el bebé no se haya acostumbrado a la lactancia materna, es conveniente evitar los chupetes y las tetinas para evitar confusión en el bebé respecto a la forma de ‘chupar’ de unos y otros.
En general de forma natural el bebé siempre preferirá el pecho materno, pero es posible que en ocasiones se produzca una preferencia por el biberón si todavía no se ha conseguido un buen enganche y el bebé recibe grandes cantidades de leche desde el biberón. Esto puede llevar a un destete precoz innecesario.
Dirige a tu bebé
Si tu bebé no se engancha solo a la hora de mamar puedes recurrir a lo que se conoce como enganche dirigido. Para ello, lo ideal es acercarle suavemente al pecho para que el olor y el roce suave del pezón con su nariz o su boca despierte el reflejo de búsqueda.
En este caso extraer unas gotitas de leche previamente también puede ayudar a darle el ‘trabajo hecho’ al bebé.
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