Estrés, tensión y ansiedad durante el embarazo
Un determinado nivel de estrés suele ser una constante en la vida moderna.
Esto puede además empeorar durante el embarazo, debido a la incertidumbre que supone la llegada del recién nacido.
Sin embargo, es importante prestar atención a algunas señales de sobrecarga y tomar medidas si es necesario. En este artículo hablamos de estrés y ansiedad durante el embarazo para ayudarte a navegar esta etapa con serenidad y optimismo.
Ponle freno al estrés ahora
Las fuentes de estrés que pueden afectarte en tu día a día son muy diferentes: desde el trabajo, las preocupaciones financieras, una vida familiar complicada, problemas en la pareja, la preocupación por un ser querido…todas estas situaciones no se ponen en pausa durante el embarazo de forma natural.
Sin embargo, de forma consciente sí que es posible decidir distanciarte de algunas situaciones que te hacen daño durante esta etapa en la que debes centrarte en cuidar de ti y de tu bebé.
Siéntete libre de rechazar aquellos compromisos que ahora mismo te generan estrés y que sientes pueden esperar un tiempo. Habla abiertamente con tu empresa, tu jefe, tu familia o tu pareja, y no dejes que el mundo exterior determine tu ritmo diario.
Si notas que tus niveles de estrés van en aumento, puede ayudarte hacerte algunas preguntas: ¿qué puedo cambiar? ¿dónde puedo obtener ayuda? ¿puede ayudarme alguien con esas tareas que ahora mismo me generan tensión?
El descanso que necesitas
No todas las fuentes de estrés se podrán cancelar o eliminar fácilmente, pero siempre hay formas de aliviarlas o suavizar esas situaciones que nos generan malestar.
Te animamos a planificar descansos en tu vida cotidiana: momentos de paz y autocuidado que detengan tu rutina y pongan el foco en ti y en tu bienestar.
Estos pueden consistir en una pequeña siesta por la tarde, un paseo en la naturaleza o un baño relajante.
Además de aliviar tu estrés, estos momentos pueden mejorar la conexión con el bebé y fortalecer vuestro vínculo desde esta etapa temprana.
Otros métodos de relajación más específicos como la meditación, el yoga o el tai chi también pueden ayudarte a recuperar la paz interior en momentos de angustia.
Cuándo y cómo buscar ayuda
Sin embargo, es importante admitir que existen situaciones estresantes que no se pueden afrontar únicamente con algo de descanso o técnicas de relajación.
El estrés extremo o mantenido durante un tiempo prolongado puede tener un impacto negativo en el desarrollo del bebé. Si la futura mamá está expuesta a un gran estrés mental o estrés constante, esto puede aumentar el riesgo de un parto prematuro o incluso de un aborto espontáneo.
En estas situaciones, es importante buscar apoyo tanto de tus profesionales sanitarios (médico, matrona etc) como de psicólogos profesionales que puedan asesorarte de forma correcta.
El propio miedo al momento del parto y a dar a luz puede convertirse en una fuente de estrés. Aunque la mayoría de cursos públicos de preparación al parto incluyen ayuda frente a estas situaciones, no dudes en buscar apoyos adicionales si sientes que lo necesitas.
Como te comentamos, para prevenir riesgos en el embarazo, es importante prestar atención a las señales de sobrecarga que ofrece el cuerpo.
Tu intuición es tu mejor herramienta.
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